Las pinturas rupestres son dibujos y pinturas realizadas con
pigmentos sobre superficies rocosas. Los grabados y la pintura rupestre son dos
tipos de arte parietal (también llamado rupestre). Las muestras de pintura
rupestre en mejor estado de conservación se han encontrado en el interior de
cuevas, pero eso no quiere decir que no se realizasen en otras superficies
rocosas menos protegidas, pero más luminosas y accesibles, como barrancos,
farallones, abrigos rocosos, etc.
Al analizar las características de las pictografías y los
restos de utensilios prehistóricos en los yacimientos con pinturas rupestres se
ha desvelado parte del procedimiento de trabajo de estos artistas primitivos.
Se empleaban por lo general uno o dos colores. El rojo es el color más
frecuente junto con negro, ocre, amarillo y blanco en distintas gradaciones
resultado de la mezcla de pigmentos.
Para la creación de pinturas se usaban pigmentos minerales molidos y carbones vegetales. El pigmento en polvo era aplicado directamente o aglutinado con otras sustanciales o fluidos orgánicos (grasa, resina…) para modificar la calidad de la pintura y aumentar su fijación y permanencia sobre el soporte. Para dar la sensación de volumen en ocasiones se tenían en cuenta las irregularidades originales de la roca, los salientes y las hendiduras, en el diseño de la pintura. También se han encontrado pinturas cuyos contornos han sido grabados con un instrumento afilado sobre la piedra.
Estas pinturas revelan que el ser humano, desde tiempos
prehistóricos, organizó un sistema de representación artística. En las pinturas
rupestres del Paleolítico se simbolizan animales y líneas. En el Neolítico se
representaban animales, seres humanos, el medio ambiente y manos, representando
además el comportamiento habitual de las colectividades y su interacción con
las criaturas del entorno y sus deidades. Frecuentemente se muestran animales
heridos con flechas. Los motivos y los materiales con que fueron elaboradas las
distintas pinturas rupestres son muy similares entre sí, a pesar de los miles
de kilómetros de distancia y miles de años en el tiempo. Todos los grupos
humanos que dependían de la caza y recolección de frutos efectuaron este tipo
de trabajo pictórico.